Logo del Gobierno de Canarias
Descargar como PDF

El 37FIMC se clausura con el “clásico de los clásicos”: la Quinta de Beethoven

Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC). C Nacho González

 A cargo de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, mañana, sábado 31 de julio, en Gran Canaria, y el domingo 1 de agosto en Tenerife

Debido a una lesión física de Karel Mark Chichon, se ha encomendado la dirección del programa a la concertino invitada Barennie Moon

La Orquesta Filarmónica de Gran Canaria será este fin de semana la encargada de poner los compases finales a la 37 edición del Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) en los auditorios capitalinos. Lo hará con un programa que representa una alegoría para estos tiempos, al incluir ‘Divertimento en Re’ de Mozart, y ‘Tres Equali para cuatro trombones’, de Beethoven, así como la inefable Sinfonía nº 5 del genio alemán llamada del Destino, en la que se incluye sin duda el fragmento sinfónico más conocido de la historia de la música.

Debido a una lesión física originada en un accidente doméstico solo 48 horas antes de los conciertos, la formación no podrá ser dirigida por Karel Mark Chichon, director artístico y titular de la formación grancanaria, tal y como estaba programado. En su lugar, y con la finalidad de ofrecer este esperado concierto de clausura, la organización ha encomendado la dirección a la concertino invitada Barennie Moon.

Las entradas están disponibles en www.festivaldecanarias.com, donde también se puede descargar el programa de mano, así como en las plataformas del Auditorio Alfredo Kraus y el Auditorio de Tenerife.

Repertorio

La OFGC abre su intervención interpretando el Divertimento en Re mayor, de Mozart (también conocido como Sinfonía de Salzburgo no 1), para cuarteto u orquesta de cuerdas, una pieza de música ligera, ambiental, sin una estructura musical concreta y que fue muy popular en el siglo XVIII, convertida en casi obligada en el repertorio moderno de cámara, concebida para celebrar momentos especiales para la sociedad.

A este aperitivo le sigue en el programa la obra Tres equali para cuatro trombones, del genial Beethoven, considerado uno de los primeros compositores en darse cuenta del amplio potencial interpretativo del trombón. Esta composición, que escribió en su juventud para una misa de difuntos, se ha convertido en básica para estos instrumentos, que en el ideario de la época sonaban para comunicar el poder de lo divino y del más allá, de lo trascendente y lo finito, convirtiéndose en una coral sublime. Los trombonistas de principios del siglo XIX estaban acostumbrados a tocar en compañía de cantantes, de ahí que su forma de interpretar fuera suave y adecuada para mezclarse con voces. Si bien algunos musicólogos las consideran piezas simples y sin inspiración, el hecho de que los equali sonaran en el funeral del genial músico alemán provocó que desde entonces conocieran una enorme difusión, salvándose así de la oscuridad del olvido.

Esta obra será interpretada por los trombones de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria: Bernard Doughty, Cristo Delgado, Carlos Zarzo y Josiah Walters

La Quinta Sinfonía de Beethoven

Por último, y como cierre de esta edición del FIMC, la OFGC interpreta la Sinfonía n 5 de Beethoven. Acaso no exista fragmento sinfónico más conocido en el mundo que el comienzo de esta pieza, con ese motivo de cuatro notas “Ta-ta-ta-taaaa (Sol sol sol miiii…)” tan original. Esta fama se vio acrecentada durante la II Guerra Mundial, entre otras razones por el nuevo sentido que le encontró el bando aliado al ritmo del famoso motivo inicial de cuatro notas: los tres valores cortos más el largo significaban en el código Morse la “V” de “victoria”. La Quinta nació en un momento en el que Beethoven padecía una severa sordera, cuando ya había empezado a desarrollar un nuevo lenguaje orquestal, ampliando las dimensiones de sus obras y su sonido orquestal adquiría mayor intensidad y profundidad. El compositor habría escrito a un amigo: “Quiero enfrentar cara a cara el destino, no me va a doblegar por completo”. Para el musicólogo Jan Dufner es legítimo que la gente sienta que esta obra pude llamarse la Sinfonía del Destino.

Etiquetas