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MI EXPERIENCIA EN DUBLÍN

Posted by on Abr 14, 2006 in Contenidos Canarios (Revista 9), Experiencias (Revista 9) | 0 comments

Desde hace ya varios años, la Dirección General de Ordenación e Innovación Educativa viene ofertando cursos de formación en Lenguas Extranjeras, dirigidos a maestros/as que estén destinados o impartan docencia en centros financiados con fondos públicos dependientes de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Comunidad Autónoma de Canarias, todo ello con la intención de facilitar al profesorado la posibilidad de visitar un país extranjero, para que pueda mejorar o consolidar sus competencias comunicativas en la lengua oficial del país, a la vez que alcanzar una mejor cualificación profesional, con el fin de que el profesorado de idiomas desempeñe su trabajo en mejores condiciones. Los cursos se pueden realizar en Irlanda, Francia o Alemania, dependiendo del idioma que se imparta.

Normalmente, siempre se suelen convocar en el mes de marzo o abril, sólo tenemos que estar atentos a la página web de la Consejería de Educación, allí se publica una Resolución en la que aparecen detallados todos los requisitos necesarios para la realización del curso, un requisito indispensable es que el profesorado que solicite su participación debe poseer un nivel de competencia comunicativa A2, que es un nivel bastante básico, la determinación de este nivel podemos encontrarla en la tabla “Global Scale” del Portfolio europeo de lenguas (). Además, tiene prioridad para participar en el curso el profesorado que no haya disfrutado de beca individual de formación lingüística del programa Sócrates, ni asistido a cursos en el extranjero convocados por la Dirección General durante los cuatro últimos cursos académicos. Entre los solicitantes se priorizan las solicitudes atendiendo a unos criterios que también aparecen en la Resolución.

En dicha Resolución también se nos indica el papeleo que debemos presentar, que en líneas generales se trata de méritos docentes, actividades de formación permanente( cursos, jornadas, grupos de trabajo, Proyectos de Formación, etc…), méritos académicos( otras titulaciones universitarias, título de doctor, etc…), publicaciones, artículos en revistas especializadas, investigaciones y otros trabajos sobre las lenguas extranjeras y su enseñanza, por todo ello se nos dará una puntuación que nos ayudará a conseguir una plaza.

Además, también aparecen las condiciones del viaje, en las que hay que destacar, que a pesar de que los gastos del curso en concepto de docencia, manutención y alojamiento (que sólo puede ser en familias) corren por cuenta de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, sin embargo, los gastos de traslado desde el punto de origen al de destino, así como los de regreso y los de desplazamiento local durante el desarrollo del curso corren a cargo del participante.

Por último, nos encontramos con el modelo de solicitud que debemos entregar en las dependencias de la Dirección General de Ordenación e Innovación Educativa, así como con los apartados que debe contener la memoria que se debe entregar por escrito en la lengua objeto de estudio una vez finalizado el curso con una valoración personal del mismo, la cual es indispensable realizarla ya que nos hace falta para poder obtener la certificación de asistencia al curso, pero no se preocupen que tienen unos dos meses para la realización de la misma.

Una vez entregada toda la documentación necesaria, aparece en la página web de la Consejería una relación provisional de admitidos y excluidos de los cursos según el idioma, ya que para cada curso el número de plazas es limitado. Si en dicha lista apareces admitido, posteriormente se te cita a una reunión a la que debe asistir todo el profesorado que haya sido seleccionado ya que de lo contrario, la no asistencia a la misma se entiende como renuncia a participar en el curso seleccionado por lo que proceden a convocar a los primeros de la lista de excluidos. En dicha reunión se nos explican las condiciones generales del curso, así como el plan de trabajo, además debemos cumplimentar una serie de documentos exigidos por la Institución responsable del curso en el país de acogida, así como también un documento de aceptación o renuncia al curso. Una vez firmado el documento de aceptación y todo lo demás, al tiempo, nos llega una carta procedente de la Universidad en la que se va a celebrar el curso, en este caso, procedía de la Universidad de Dublín (Irlanda), con todos los datos de la familia de acogida en dicho país, una breve descripción sobre la misma y su dirección.

En mi caso, mi familia de acogida era un matrimonio de unos cincuenta años que tenía tres hijos. Vivían cerca de la Universidad de Dublín donde debíamos acudir todos los días para recibir el curso. El primer día nos hicieron una pequeña fiesta de bienvenida, para que nos fuéramos conociendo, éramos maestros/as venidos de todas las Islas Canarias. Nos hicieron una pequeña recepción en la que nos explicaron cuál iba a ser el plan general de trabajo, nos entregaron los materiales, conocimos a los profesores y nos enseñaron el Campus, que por cierto, era una maravilla.

Las clases comenzaron de manera normal al siguiente día, poco a poco nos íbamos adaptando al país, familiarizando con sus costumbres, sus formas de vida, sus peculiares horarios de comidas y a su particular acento.

El curso tenía dos semanas de duración y tuvo lugar a finales del mes de julio. Su principal objetivo era mejorar las competencias lingüísticas, pragmáticas y sociolingüísticas del profesorado, así como el dominio de la lengua.

Las clases eran de lunes a viernes de 9:00 a 5:00 de la tarde, con un tiempo de descanso al mediodía para tomarnos el famoso lunch. Las mañanas estaban destinadas a abordar distintos aspectos sobre la vida y sociedad irlandesa, sus costumbres, historias, celebraciones, estilos de vida, comidas, hobbies y educación, todo ello siempre de manera oral y reforzando aquellos aspectos gramaticales en los que se fallaba a la hora de expresarnos, pero para nada fue un curso de pura gramática de los típicos. Por la tarde sin embargo, la cosa cambiaba, pues teníamos salidas a museos, a galerías, visitas a la propia ciudad, talleres de bailes irlandeses, etc… y los fines de semana la Universidad organizaba excursiones a las que para poder asistir debíamos pagar una cantidad que corría de nuestra cuenta.

Había varios profesores que se encargaban de impartir las clases a los dos grupos en los que estábamos divididos, cada uno de ellos se encargaba de hablarnos sobre los distintos temas anteriormente mencionados.

Con respecto al lugar en el que se desarrollaba el curso es decir, La Universidad de Dublín, sólo puedo decir que estaba bastante completa, tenía tiendas, farmacia, médico e incluso una iglesia. Contaba con bastantes recursos, libros de consulta de cualquier tipo, diccionarios, vídeos, acceso a Internet, etc…Por otro lado, respecto a mi familia de acogida decir, que se portaron de maravilla conmigo, en todo momento me trataron como si fuera una más de la familia, pasábamos largos ratos, cuando salía del curso y me iba a casa para cenar, sobre las seis de la tarde, hablando con ellos y con los niños. La verdad es que fue una experiencia muy enriquecedora para mí no sólo como profesional de la enseñanza, sino también a nivel personal. Por todo ello animo a todos a que aprovechen esta oportunidad que se nos brinda, ya que es una buena manera de mantener fresco el idioma así como de estar en contacto con personas nativas, aún no estando en el país, a través del teléfono, de correspondencia o vía e-mail con la familia, profesores y amigos que allí se han conocido.

ANÍMATE, NO TE ARREPENTIRÁS.

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